Cuando
Katrina encuentra a un hombre sin hogar durmiendo en el callejón de detrás de
la cafetería de su abuela, ella decide dejarle una taza de café, una bolsa de
chocolate con granos de café y algunos pasteles a su lado. Lo que ella no sabe
es que este acto de bondad está a punto de poner su vida patas arriba. Debido a
que este adorable vagabundo, Malcolm, es realmente un ángel de la guarda en un
descanso entre misiones. Y él no puede irse hasta que haya recompensado a
Katrina por su desinterés, concediéndole su deseo más profundo. Ahora, si sólo
ella pudiera decidir lo que podría ser...
“Trying to make sense of love is like trying to dissect a rainbow.”
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